Restricción histórica de plaguicidas
La prohibición de plaguicidas en México ha sido anunciada como una de las medidas más amplias de las últimas décadas. Se ha decretado el veto de 35 sustancias altamente peligrosas, consideradas un riesgo para la salud humana y el medio ambiente.
Una estrategia hacia agricultura sostenible
El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué, informó que la restricción incluye la producción, importación, comercialización y uso de estos productos en todo el país. La medida ha sido respaldada por la presidenta Claudia Sheinbaum y se ha presentado como parte de una estrategia nacional para lograr una agricultura limpia y segura.
Sustancias con graves consecuencias
Entre los plaguicidas prohibidos destacan el aldicarb, el carbofurán y el endosulfán. Estas sustancias han sido señaladas por provocar efectos cancerígenos y daños en el sistema nervioso. El endosulfán, restringido en más de 50 países, ha sido detectado incluso en la leche materna.
El caso del DDT
Uno de los puntos que más sorprendieron fue el del DDT, un insecticida prohibido en la mayoría de los países desde los años setenta, pero que aún se utilizaba en México. El propio Berdegué lo calificó como un caso insólito, dado que su uso seguía permitido pese a los daños comprobados.
Compromisos internacionales y regulaciones
La presidenta Sheinbaum recordó que esta prohibición responde a un compromiso asumido con la ciudadanía. Se destacó que nunca antes se había tomado una medida de tal magnitud: la última comparable se aplicó en 1991, cuando fueron vetadas 21 moléculas.
Impacto ambiental y próximos pasos
La Organización Panamericana de la Salud y la UNAM han advertido sobre los riesgos de los plaguicidas en los alimentos, el agua y la supervivencia de las abejas. La estrategia incluye tres etapas: una primera lista ya definida, una segunda en el próximo semestre y una tercera en 2027. Al mismo tiempo, se endurecerán las regulaciones para los plaguicidas que permanezcan autorizados.
México busca con esta acción avanzar hacia una agricultura moderna, sostenible y responsable, alineada con estándares internacionales y con la protección de la salud y el ambiente como prioridades.