Una apuesta por la autosuficiencia alimentaria
Frijol es la palabra que empieza a resonar con fuerza en los mercados y en los hogares mexicanos. El nuevo Frijol del Bienestar ha sido anunciado por la presidenta Claudia Sheinbaum como parte de una estrategia nacional para lograr la autosuficiencia alimentaria. Con esta iniciativa, se busca fortalecer la producción nacional y reducir la dependencia de importaciones.
Una medida para combatir la escasez
El anuncio fue realizado en Pánuco, Zacatecas, durante la visita de la mandataria a un centro de acopio. Desde allí, se detalló que el frijol será producido principalmente en Zacatecas, estado que lidera la producción de esta leguminosa en México.
La medida llega después de una importante disminución en la cosecha nacional debido a la sequía, lo que obligó al país a importar alrededor de 300 mil toneladas anuales de frijol, el 75 % proveniente de Estados Unidos.
Precio justo y valor agregado
Con el lanzamiento del Frijol del Bienestar, se establece un precio de garantía de 27 pesos por kilo para apoyar a los productores. Este frijol será distribuido a través de las Tiendas del Bienestar, garantizando su acceso en todo el territorio nacional.
También se anunció que se comenzará a ofrecer frijol enlatado, con el objetivo de agregar valor al producto y fomentar su comercialización. Esta medida no busca beneficiar a unos pocos, sino a todos los productores, especialmente a los de Zacatecas.
Una imagen nacional
El empaque del nuevo producto llevará la leyenda: “Frijol del Bienestar. Producido en Zacatecas”, reforzando así su identidad local y su papel en la economía nacional. Esta presentación tiene como propósito fortalecer la confianza en el producto nacional y revalorizar el trabajo del campo.
El camino hacia la autosuficiencia
El Frijol del Bienestar es parte de una visión más amplia que busca que México produzca lo que consume. Con un aumento proyectado de 300 mil toneladas en la producción anual, este programa representa una respuesta estratégica frente a los desafíos climáticos y económicos.
Con este paso, la soberanía alimentaria se fortalece, y el frijol, base de la dieta mexicana, recobra su lugar central en la política alimentaria del país.